27 de Noviembre

Pude por fin abrir los ojos. Estaba obscuro, pero no lo suficiente para privar mis ojos de ver en donde me encontraba. Inmediatamente senti un dolor insoportable, voltee a ver abajo. Era mi pierna izquierda, la cual se encontraba perdida entre las vendas, mientras parecia como si la madera en la que me encontraba sentado, devorara mi pierna lentamente. Me hice la idea de que tendria que sobrevivir con ese dolor por un buen tiempo, e intente concentrar mi mente en el peso de mis muñecas, causado por las cadenas a las que me encontraba amarrado. Intente por un momento liberarme, como si al ver la situacion en la que me encontraba, algo en mi hubiera despertado, pero era inutil. Suspire, y voltee a mi alrededor. A decir por el movimiento del lugar en el que me encontraba, podia sin temor a equivocarme, decir que me encontraba en un barco. De que tamaño, o de quien? No lo se. La camara en la que me encontraba era pequeña, probablemente era una bodega de algun tipo. Habia solo un pequeño orificio por donde entraba el aire frio de la noche, mas no escuchaba nada. Solo el silencio.

Volvi a abrir los ojos. Seguia obscuro, pero me encontraba en otro lugar completamente. Era mi pequeño taller. Era la sexta vez consecutiva que soñaba lo mismo. "No puedes seguir asi", me decia a mi mismo. Me levante de la cama, y prendi una vela que tenia en una mesa, cercana a mi cama. Era temprano aun, a decir por el canto de los pajaros, y por el cielo que se empezaba a tornar de un debil naranja. Hoy seria una mañana ocupada, pues tenia que acabar un pedido de parte de una familia importante en el puerto de Lotburg. Era un puerto muy pequeño, donde solo venian pequeñas embarcaciones, y muy raras veces pequeñas carracas y carabelas que venian por provisiones, sin embargo nunca hemos sido anfitriones de algun navio importante. Se sabia que recientemente llego una carabela al puerto, buscando ser reparada, pero no he sabido mas del tema. Tenia un poco de pan en la mesa, corte una rebanada gruesa, y mientras me lo comia, empeza a caminar alrededor del segundo piso de mi taller, meditando sobre el pedido que tenia que entregar hoy. Era una pieza muy especial, debo de decir que hace tiempo que no creaba una arco tan fino. Era un arco largo, parecido al que usaban los ingleses en la epoca, tallado en tejo, y con algunas incrustaciones de piedras preciosas, tal cual aprendi de mi padre. Me asome por la ventana, al parecer el pequeño Lotburg cobraba vida, mientras el sol se levantaba por las montañas que rodeaban nuestro puerto. Observe tambien la carabela que se veia a lo lejos, llevaba aqui ya varios dias. Tenia por lo que veia, algunos daños en el aparejo, pero nada importante al parecer, o nada que le impidera navegar en cualquier momento. Termine el pedazo de pan, y le di los ultimos toques al arco que habia tallado.

Ya era casi mediodia, el sol se encontraba en su punto mas alto. Tome el arco, envuelto ya en una tela blanca, y parti hacia el mercado, en donde se supone me encontraria con Maurice, representante de la familia, y viejo amigo mio. Sali por la puerta, y tome un pequeño camino, y en unos minutos me encontraba ya en el mercado. Busque en todos lados a Maurice, hasta que lo vi sentado en una pequeña mesa, adentro de un establecimiento con la gran barba roja que acostumbraba caracterizarle, y una bebida en la mano.
-Maurice! Por fin te he encontrado, un rojo como el tuyo no es facil de perder, eh? -Dije en cuanto me volteo a ver.
-Pero vaya, si es Leon en persona! Querido amigo, cuanto tiempo sin verte, sientate, sientate. -Insistio Maurice.- Dime, traes el arco, amigo?
-Aqui lo tengo. Es un arco muy bueno, espero que le den buen uso. -Le respondi.
-Claro, claro, veras Leon, alcanzas a ver ese barco en puerto? Al parecer la familia tiene una deuda con el capitan de la embarcacion. Creo que este es un regalo para el capitan. Marie siempre ha sido una persona muy agradecida, y creo que el capitan alguna vez le salvo la vida.
-Vaya pues estoy seguro de que al capitan le gustara este obsequio. Tarde mucho tiempo en tallarlo y reforzarlo, es toda una pieza Maurice. -Le dije muy seguro de mi mismo.
-Bien, bien Leon. Bueno viejo colega, me gustaria quedarme contigo por un tiempo mas, y platicar como en los viejos tiempos, pero desafortunadamente, tengo varios encargos por parte de Marie. -Parecia que Maurice tenia prisa por irse-. Un gusto haber dado contigo despues de tanto tiempo.
-Siempre eres bienvenido Maurice, nos vemos pronto, me saludas a Marie.
 Maurice se levanto, le entregue el arco, y tras darme unas palmadas en el hombro, se marcho. 

Ya estaba anocheciendo en el puerto. El sol se ocultaba poco a poco tras la bahia de Lotburg, mientras la taberna Ojo Muerto cobraba vida a lo lejos. En la plaza principal todavia se veian algunos personajes caminando. Nunca habia mucha gente por ese rumbo en las noches, mas que en dias de fiesta. Yo me encontraba en mi taller, pero tenia una vista magnifica de todo el puerto y la bahia, ya que mi taller se ubicaba en un punto muy alto. El invierno se sentia cada vez mas cercano, pero el calor del fuego que tenia cerca de mi, combatia el frio que entraba de afuera. No tenia muchas ganas de ir a la taberna, aunque llevaba buen tiempo sin encontrarme con mis viejos amigos en Ojo Muerto. Ultimamente habia estado muy ocupado trabajando en el arco que habian pedido, pero ahora que tenia tiempo libre podia divertirme un poco mas. Pero hoy no, estaba exhausto. Mañana seria.